sábado, 23 de julio de 2005

Irreversible


Dijo que a pesar de las faltas (que a estas alturas se hacían cada vez más evidentes) disfrutaba mucho su vida con él. Dijo también que él era como esos rayos de sol que entran tímidamente por entre las hendijas de las persianas: le dejaba en claro que estaba para ella, pero no la molestaba. Dijo también que extrañaba la persona que era ella cuando estaba con él. También dijo haberse arrepentido. No dijo nada más. Después se limitó a mirar fijamente un punto y una lágrima atravesó su cara.
Entendí que no había vuelta atrás.

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