lunes, 30 de enero de 2006

Una historia más

Hacía un tiempo que se encontraba en ese lugar adonde le había perdido el miedo al viento. Imposible no hacerlo, en ese lugar todos amaban el viento. Salían de sus casas cuando lo escuchaban soplar para abrirle los brazos y sentirlo en la cara y en el pecho. Al principio, cuando aún no lo había perdido, lo disimulaba. Le avergonzaba reconocer que le temía a eso que todos amaban. Por un tiempo lo olvidó, no lo escuchó soplar; hasta que llegó el día en que los silencios se hicieron tan profundos que volvió a escucharlo y se encontró acercándose a la ventana para oírlo mejor. Descubrió que el sonido la reconfortaba, le era placentero. Enseguida se ensombreció cuando descubrió que aparte del miedo al viento, en ese lugar había perdido otras cosas.

Wilde

Oscar Wilde en 1882


Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima.

viernes, 27 de enero de 2006

Recuerdos

Cuando era chiquita miraba todos los días El show de los Muppets y lo que más me gustaba era este clip:


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Se acuerdan? Yo sé de una que seguro si... =)

martes, 24 de enero de 2006

=)

La felicidad es blanca y radiante.
Y con 350 litros de capacidad.




(Tengo heladera nueva!!)

lunes, 23 de enero de 2006

El arte de la impostura (Fragmento, Alejandro Dolina)

The Great Pretender by Carlos Nine


El hombre de nuestros días vive tratando de causar buena impresión. Su principal desvelo es la aprobación ajena. Para lograrla existen diferentes métodos y estrategias.

Algunos ejercen la inteligencia, otros se deciden por la tenacidad o la belleza, otros cultivan la santidad o el coraje.
Sin embargo, por ser todas estas virtudes muy difíciles de cumplir, ciertos pícaros se limitan a fingirlas. Por cierto que tampoco esto es sencillo: el engaño es una disciplina que exige atenciones y cuidados permanentes.
Por suerte para los hipócritas y simuladores, existe desde hace mucho tiempo el Servicio de Ayuda al Impostor.

1- Basándose en modernos criterios científicos, los especialistas de la organización instruyen, aconsejan, dictan clases, resuelven casos particulares y difunden las técnicas más refinadas para obtener apariencias provechosas.

Cuando algún zaparrastroso quiere presumir de elegante, el Servicio le recomienda sastres, lociones y corbatas. Si se trata de aparentar cultura, el cliente tiene a su disposición frases hechas, aforismos brillantes y gestos de suficiencia.
Los que pretenden pasar por guapos son adiestrados en el arte del aplomo y la compadrada. Muchos pobres practican para fingirse ricos, y muchos ricos se esfuerzan por parecer indigentes.
Hay que decir que algunos postulantes son muy adoquines y no alcanzan a completar los cursos. Otros tienen características tan marcadas que resulta imposible disimularlas.
Durante muchos años, los hipócritas aplazados debieron resignarse a mostrar crudamente sus verdaderas y abominables condiciones, o bien a ser descubiertos en sus torpes fraudes. Pero con el tiempo, el Servicio encontró una fórmula drástica para socorrer a los menos favorecidos. Así nació el reemplazo liso y llano como recurso extremo.
Imaginemos a un morocho tratando infructuosamente de ingresar en un selecto club nocturno. El hombre fracasa con las tinturas y el maquillaje.
Inmediatamente el servicio designa a un rubio cabal en su reemplazo. El impostor entra sin problemas a la milonga y en nombre del morocho rechazado baila y se divierte toda la noche.
Los ejemplos son innumerables: estudiantes mediocres que se hacen reemplazar en los exámenes; enamorados tímidos que -como Cyrano de Bergerac- mandan en su lugar a un picaflor; empleados capaces que para lograr un ascenso envían a un chupamedias y personas hartas de su familia que se hacen substituir en los cumpleaños.
El Servicio de Ayuda al Impostor ha ido perfeccionando la tecnología del reemplazo con disfraces impecables. Se sospecha que hoy en día, la mayoría de las personas que uno trata son en realidad agentes de la organización. Nuestros amigos, nuestras novias, nuestros gobernantes y nuestros cuñados pueden haber sido reemplazados por impostores profesionales. Tal vez yo mismo estoy fingiendo escribir estas minucias a nombre y beneficio de un cliente llamado Dolina. Tal vez usted, que finge leerme, esté reemplazando a alguien que no se atreve a confesar que los mitos de Flores lo tienen harto.

jueves, 19 de enero de 2006

Pregunta

¿Es normal que un amigo nos atienda en slip? (No un amigo de la infancia, sino uno moderadamente reciente)
Anoche pregunté a una sola persona (de sexo masculino) y me contestó que él solía atender a sus amigas en slip cuando era adolescente, pero resulta ser que esta persona es la misma que una vez me contó que tenía un amigo hombre que solía abrirle la puerta en remera y culo; o sea... como que su opinión no cuenta en MI MUNDO.
Sea como fuere, no quiero estar en un mundo donde las chichas y los pezones de los demás se rocen con mi ropa... XD
Me contestan? Quiero saber si soy demasiado aprensiva...

miércoles, 18 de enero de 2006

De poetas y de locos

One Flew Over the Cuckoo's Nest


Anteanoche volví a ver la película que más me había impresionado en mi adolescencia, Atrapado sin salida, de Milos Forman; y me fue grato comprobar que aún pasado el tiempo, puede seguir siendo mi preferida por excelencia.
La primera vez que pude ver esta película lo hice en mi casa en VHS, y yo tendría 11 años. La vi todas las veces que pude mientras duró el fin de semana y quedé enamorada de Jack Nicholson, o quizás de Mc. Murphy (whatever). Luego la volvería a alquilar, para verla otras cuantas veces, y luego me compraría el libro en una edición de bolsillo.
Así y todo, la película volvió a sorprenderme. Pensé que con el paso del tiempo se le haría casi imposible volver a impresionarme, pero lo hizo, cual amante ideal: volvieron a impresionarme las actuaciones de todos; el darme cuenta que mi loco preferido (Taber) había sido Christopher Lloyd (en su primer papel); reconocer a un joven Danny De Vito entre ellos (cuando ví la película no tenía edad para reconocer actores); sentir que las escenas me llevaban de un lado a otro como lo habían hecho la primera vez; quedarme atónita con el final inesperado...
Pocas películas resisten el paso del tiempo de manera tan gallarda, y creo que Atrapado sin salida es una de ellas.
Para los que no la hayan visto, se las recomiendo especialmente, se la pueden bajar de la net, el título original es "One Flew Over the Cuckoo's Nest".

viernes, 13 de enero de 2006

Under my skin

A veces cuando la situación me obliga a divagar en mi mente - por ejemplo cuando voy en colectivo - se me aparecen frases que me han dicho y son muy graciosas a juzgar mío:

- Cada vez que veo a Cameron Díaz me acuerdo de vos. (...jajajajajajaja)
- Es que... viste? tu marido es así... rústico. (una amiga refiriéndose a mi ex)
- A mi lo que en verdad me gustaría es tenerla más larga. (un amigo que necesitaba algo más que eso)
- Yo quiero separarme para poder hacer asados con los muchachos. (mi ex)

A veces no es una frase, a veces es una situación, como aquélla en la que él llegó tarde al encuentro con el cabello renegrido y como hacían casi 40 grados a la sombra las gotas de sudor caían de sus sienes color ébano 01 y yo quería hacer de cuenta que no había notado la diferencia pero los ojos los tenía como imantados en esas sienes sudorosas...

Ese tipo de recuerdos son los que repaso en mi mente cuando voy en colectivo y empiezo a reírme sola como una boluda.

miércoles, 11 de enero de 2006

Hoy



Desperezarse con la brisa fresca de esta mañana, con el ruidito a lluvia, al fin.
Abrir la ventana y ver que ha llovido mucho realmente, y que tiende a seguir lloviendo, por suerte.
Salir de la habitación y comprobar que aún siento esa descarga eléctrica al reconocer su perfume en los distintos ambientes del departamento por los que anduvo deambulando esta mañana... no tiene precio.


(Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.)

martes, 10 de enero de 2006

La bombilla tenía gusto a esos cinco días terribles

Con esa frase comenzaba un cuento que leí muchas veces. Algunas veces lo leí por placer y otras obligada por las circunstancias: el autor me había pedido que lo trasladara a formato .doc y luego que lo revisara varias veces. De esto hace muchos años, pero esa frase tan sencilla siempre ha vuelto a mi cabeza.
La bombilla tenía gusto a esos cinco días terribles.
Cuando pasan cosas que nos superan y/o nos toman de sorpresa las bombillas pueden tener gusto a esos cinco días terribles. Conmigo pasa siempre que pasan cosas malas. No pasan y ya, siempre me queda un poco el gusto, quizás por una semana, quizás por dos. No puedo quitarme fácilmente las sensaciones de encima, no puedo levantarme y desempolvarme y ya.
La bombilla tiene gusto a esos cinco días terribles como cuando usamos nuestra vieja bombilla y de pronto notamos que el mate empieza a no salir bien. Y cambiamos la yerba y nada. Y cambiamos de mate y tampoco. ¿Por qué siempre cuesta tanto cambiar las bombillas? ¿Por qué es tan difícil ir a comprar una bombilla nueva? Al menos en mi caso.
Por eso, cada vez que suceden días terribles, viene una y otra vez esa frase a mi mente: la bombilla tenía gusto a esos cinco días terribles; como si quitarse el gusto fuese algo prácticamente imposible, casi como ir al bazar y comprar una bombilla nueva.

sábado, 7 de enero de 2006

Teoría de los años pares/impares (demostración empírica para Gaya)

En mi vida ocurre ke los años pares suelen ser plácidos, trankilos, hasta a veces aburridos, y los impares todo lo contrario, pueden ser buenísimos, tremendamente movilizadores o directamente caóticos.
Para demostrarlo, he escrito una breve reseña de mi vida hasta el momento.

Fui gestada en febrero de 1971 y nací en noviembre del mismo año. De ahí en más los años impares serían moviditos, no así los pares.
En 1972 no hice nada de nada. Contrariamente a lo ke esperaban mis padres.
En 1973 descubrí ke el mundo era un lugar inmenso y hostil. Inmenso porke era más bajita ke el promedio y hostil porke mi perra Ianca no dejaba ke yo me pusiera en pié. A Ianca la regalaron un día en ke me había ido a pasear con mi abuela. Sentía por vez primera el amargo sabor del engaño y el complot de los demás en contra mía. Ya comenzaba a saber lo ke era sentirse culpable al oír a mis hermanos mayores decir ke se habían kedado sin perra por mi causa.
En 1974 no pasó nada. Me dicen ke hubo mundial, pero yo no lo recuerdo.
En 1975 descubrí ke el cinturón de mi papá no me alcanzaba por el hecho de ser mujer y encantadora. Fue un año revelador. Los cimientos de mi personalidad habían sido definitivamente construídos.
En 1976 no pasó nada.
En 1977 empecé preescolar, lugar al ke sentí como un cadalso permanente. Sentía ke mi maestra (Graciela La Fea) me odiaba y me castigaba sin motivos, por suerte al finalizar el año llegaría un reemplazo (Graciela La Linda, ke era idéntica a la mujer maravilla) para protegerme por los próximos 3 años y medio.
En 1978 no pasó nada, pero hubo mundial. Cómo no recordarlo.
En 1979 tuve el único profesor varón de toda la primaria y secundaria, era profesor de dibujo y descubrió ke yo tenía un talento innato para su materia. Era obeso y yo lo adoraba; razón por la cual siempre me había kedado con la espina de saber ké se siente al rebotar sobre un obeso.
En 1980 no pasó nada.
En 1981 descubrí ke algunas partes de mi cuerpo respondian de manera extraña al estimularlas. Le pregunté a mi madre si estaba mal hacerlo y me respondió ke no, pero ke no lo hiciera delante de la gente. De ahí en más, nunca pasaron más de 48 horas sin ke lo hiciera, la mayoría de las veces a escondidas de la gente.
En 1982 no pasó nada pero seguían latentes los efectos del ´81.
En 1983 me desarrollé y me salieron tetitas. Estuve todo el año tocándomelas.
En 1984 terminé 7mo. grado pero no pasó nada por dos motivos: 1º, era año par; 2º, me kedaría en el mismo colegio. Hubo mundial.
En 1985 descubrí algo llamado “amonestación”. La rebeldía sin causa aparente había llegado a mi vida.
En 1986 no pasó nada. Ah si!! Argentina salió campeón! Debe haber sido un año par atípico porke además de eso el día de los inocentes de ese año perdí la virginidad. Hasta el día de hoy me siento muy culpable al respecto. No tanto por haber sido el día de los inocentes sino por haberme escapado del cumpleaños de mi madre para hacerlo.
En 1987 me sentía re- grosa porke ya no era virgen, así ke el año fue a puro revoleo.
En 1988 no pasó nada. Todos sabemos ke 4to. Año es más aburrido ke chupar un clavo.
En 1989 terminé 5to año y me fui a Bariloche de viaje de egresados. Descontrol total todo el año.
En 1990 no pasó nada, pero hubo mundial.
En 1991 me inscribí en la facultad de psicología. Inmediatamente hice migas con lo peor del curso, fue un año fenomenal y aprobé sólo Epistemología y porke el profe estaba caliente con todas. Al finalizar el año empiezo a salir con el ke después se trasformaría en mi marido.
En 1992 no pasó nada.
En 1993 mi vida familiar era un infierno por lo cual decido abandonar los estudios y dedicarme a la vida nocturna. Este año sería después lo ke yo he llamado “El año Isidoro Cañones”. Al finalizar el año, aburrida de la vida licenciosa, tomaría una decisión desacertada.
En 1994 me casé. Igualmente no pasó nada. Hubo mundial.
Así fueron alternándose los años hasta 2003 en ke finalmente me separé, me mudé de casa y de barrio, formé nueva pareja, viví casi 3 meses prácticamente sin saber dónde iba a dormir cada noche, etc etc etc
2004 fué un año trankilo ke me tuvo casi al borde de la exasperación porke yo necesitaba ke ocurrieran los cambios ke aún habían kedado pendientes del 2003.
Y he akí ke ocurrieron todos juntos en 2005. Fué un año buenísimo ke me tuvo al trote sobre todo en su primera mitad. En la segunda pasaron cosas ke ni me esperaba.
Por eso vaticino para 2006 un año plácido. Salvo ke hay mundial y vamos a kedar eliminados enseguida.

viernes, 6 de enero de 2006

I carry your heart with me

I carry your heart with me (I carry it in
my heart) I am never without it (anywhere
i go you go,my dear; and whatever is done
by only me is your doing,my darling)
I fear no fate (for you are my fate,my sweet) I want
no world (for beautiful you are my world,my true)
and it's you are whatever a moon has always meant
and whatever a sun will always sing is you

here is the deepest secret nobody knows
(here is the root of the root and the bud of the bud
and the sky of the sky of a tree called life; which grows
higher than the soul can hope or mind can hide)
and this is the wonder that's keeping the stars apart

I carry your heart (I carry it in my heart)

e. e. cummings

miércoles, 4 de enero de 2006

Siempre me ha pasado de no poder llorar en los velorios

Supongo ke se debe a ke me hace llorar mucho la inminencia de la muerte, pero no la muerte en sí. Recuerdo siempre el día en ke murió mi abuelo, yo había pasado todo ese día con él desde la mañana, y a eso de las cinco de la tarde me dijo ke se sentía descompuesto. Vomitó por lapso de casi dos horas, en intervalos de 20 minutos, a pesar del Reliverán inyectable ke le habían suministrado. Cuando terminó, me dijo ke se sentía ya muy bien, y me pidió ke le cebara mate. Me empezó a contar cosas de cuando era chico, como casi todos los días. Yo más ke nada lo observaba porke notaba algo extraño, tenía una energía especial, la piel le resplandecía y los ojos los tenía más claros ke nunca. Le pregunté si se sentía bien, si le dolía algo, “el estómago por ejemplo”, y me dijo ke no, ke no le dolía nada. Y se sorprendió y me dijo: “…pero no me duele nada de nada! No me duelen las piernas, no me duelen los huesos, no me duele nada… ké raro!” Sí ke era raro, porke ya tenía 92 años y el dolor físico lo acompañaba por lo menos desde los 70. Sentí una urgencia tremenda de buscar a mi madre y lo dejé al cuidado de mi tío para hacerlo. Lo saludé, y recuerdo como si hubiese sido ayer la cara con la ke me miró, y me dijo: “Hacía tanto ke no me sentía tan bien!” y me acarició la cara, y le dí un beso. Mi abuelo ya casi había pasado al otro lado.
Corrí a buscar a mi mamá y volvimos enseguida. Cuando llegamos, mi tío estaba esperando a la ambulancia ke lo llevaría al hospital. Detrás suyo fuimos todos, y nos kedamos en la sala de espera de la guardia. Llegó un momento en ke perdí la compostura y lloré, lloré como nunca lo había hecho en mi vida. Lloré desconsoladamente a gritos, mi vieja me decía ke era por los nervios, mi primo me miraba raro como todos los demás en la sala y yo lloraba como si fuese a ser la última vez ke lloraría en la vida. Lloré así 20 o 30 minutos, y así como llegó se fue y de golpe paré. A los 10 minutos salió la doctora ke lo estaba atendiendo y nos dijo ke ya se había ido. Y ahí lloraron todos, menos mi tío ke se fue a hacer los papeles (siempre es bueno tener a alguien ke se encargue de esas cosas) y yo.
La inminencia de la muerte me desgarra, me supera, no sé como explicarlo. La muerte en sí me produce una resignación en la cual no soy capaz de articular palabra ni llanto alguno. No se me ha visto llorar en los velorios, y eso ke he tenido velorios tremendos de amigos muy jóvenes, con muertes terribles, esos velorios donde te estalla la cabeza al momento de cerrar el cajón porke las madres y las abuelas se desgarran de dolor y los hombres se kedan perplejos sin saber ké hacer con las mujeres o salen a intentar hacer justicia por mano propia y terminan en la comisaría.
La muerte me produce una sensación de paz, de trankilidad; y - por ké no decirlo - de curiosidad. Siempre una de las primeras cosas ke pienso es ke esa persona conoce el secreto por excelencia; ke está del otro lado y kizás pueda hasta verme, y miro como buscando una señal y me dá por sonreir (y todo el mundo pensará “y a ésta ke le pasa”, pero bueh).
En otro orden de cosas, con los amores me pasa lo mismo. Cuando intuyo ke un amor va a terminar, me dá por llorarme la vida... Cuando termina, es como ke no me kedan lágrimas para seguir. Me invade ese sentimiento choto de resignación. Sentimiento ke se asemeja bastante a la paz, pero sin esa sensación de satisfacción ke suele acompañarla.