lunes, 31 de julio de 2006

No sé si les conté que me mudé hará cosa de 2 meses y alguito y amo esta casa y lo que la rodea: barrio, familia, amigos.

(Hasta ahí todo bien)

El "inconveniente" es que después del fallecimiento de mi viejo, que sucedió hará cosa de... (un mes el 3 de agosto próximo) cada mañana al despertarme y ver ese techo I realize que él ya no está físicamente conmigo. Y me dá un odio tremendo.

Muy seguido me pasa de soñar que aún vivo en el departamento y es tener esa sensación mezcla de fastidio y alegría de saber que en pocas horas tendría que aguantarme esa interminable hora de colectivo para verlo a él y a mi vieja... Y lentamente despertarme. Y abrir un poco los ojos. Y ver ese techo que aún me resulta extraño y no saber donde estoy. Y luego darme cuenta que estoy en esta casa. Y junto con la casa la ausencia tangible de mi viejo. La ausencia monstruosa.

Igual estoy muy bien.

Estoy feliz porque lo siento constantemente cerca mío y porque su muerte me ha enseñado muchísimas cosas acerca de él y de mí misma. Y porque como nos pasa a todos, o a la mayoría, con las muertes nos agarra eso de "no me importa nada y qué", eso que nos hace hacer esas cosas que venimos postergando por h o por b, o por el qué dirán.

Bueno, nada, contar un poco nomás, ponerlos al tanto. =)

miércoles, 26 de julio de 2006

y no es tan trágico mi amor, es este sueño es este sol
que ayer pareció tan extraño
o al menos tus labios
yo te entiendo bien, es como hablarle a la pared
y tu podrías darme fe


Furioso pétalo de sal:
(la misma calle el mismo bar)
nada te importa en la ciudad si nadie espera.
Ella se vuelve carmesí, (no se si es Baires o Madrid)
nada te importa en la ciudad si nadie espera.
y no es tan trágico mi amor, es este sueño es este sooool
que ayeer pareció tan extraño
o al menos tus labiooos
yo te entiendo bien, es como hablarle a la pared
y te imagino dando vueeeltas en el vecindaaaaaariooo...



(algo tienen estos años que me hacen poner así
y decirte que te extraño
y voy a hacerte feliz!)

martes, 11 de julio de 2006

Elegía

(Recuerdo el último cumpleaños de mi madre, día en que escuchamos los tres esta canción y dos discos más del Nano tomados de las manos, o mejor dicho, ellos tomando mis manos, y yo en medio de ambos, tratando de transmitir las sensaciones de uno y de otro. Después mi viejo me diría que nunca olvidaría ese día mágico... La que no lo olvida soy yo.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas,
y órganos mi dolor sin instrumentos,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler, me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano está rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes,
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero mirar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Y volverás a mi huerto y a mi higuera,
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas
y tu sangre se irá a cada lado,
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas,
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.


Cada nueva mañana me lamento tanto al darme cuenta...

martes, 4 de julio de 2006

Vicente (MI papá)


17/9/1935 – 3/7/2006


Fué a las 3 y 20 de la madrugada del lunes. Siempre supe que iba a ser la primera en enterarme. Tu partida tenía que ser primero que nada "una cosa de vos y yo”.
No puedo explicar el dolor, el vacío, la desolación que sentí al “realizarme” (como dicen los yanquis) de que te me ibas. No había nada que pudiera consolarme. De repente me sentí chiquita. Y miré para arriba y de mi mano derecha se extendía el brazo de mami, y de mi izquierda el tuyo. Y vos me mirabas y me regalabas tu sonrisa tranquila. Y me soltabas la mano. Y te alejabas mientras te dabas vuelta de vez en cuando y me saludabas. Y yo lloraba como lloré todos estos días. Y parecía que nunca iba a agotarse el agua adentro mío.
No sabés papi, cuántas cosas he aprendido estas últimas semanas. Y cuántas otras he comprendido. Tuve que perdornarte a vos. Perdonarme a mí misma. Perdonarla a mamá. Todo lo que hicimos lo hicimos por amor, entendés? Hasta lo malo. Vos te abandonaste y te negaste a recibir ayuda por amor. Y mamá y yo nos aguantamos de llevarte de prepo al médico por amor también. Me quedaron rondando en la cabeza unas cuantas cosas, sí. Boludeces, según los demás. El negarme la última vez que me pediste de tomar unos mates… En realidad lo hice porque pensé que me ibas a explicar por qué te estabas abandonando así. No quise escuchar, ya me lo habías explicado, y no me gustó lo que me dijiste, pensé que era egoísmo tuyo, y no me dí cuenta que en realidad era egoísmo mío: yo no estaba pensando en vos, en tu vida, en tu situación con tu enfermedad, yo nada más pensaba que habías decidido irte y que no ibas a conocer nunca a mis hijos. Es que, comprendeme, de las personas con las que imaginaba compartirlo, me van quedando pocos. Ya se me fueron tres de los cuatro más importantes...


Te amo viejo, nos estamos viendo. Acordate apenas llegues de mandarme eso que vos sabés, sí?