martes, 9 de agosto de 2005

Dislex


Cuando tenía esa clase de días se le hacía imposible comprender a los demás. Los escuchaba poniendo cara de atención, pero por dentro pensaba en sus cosas, y de vez en vez fruncía el ceño preguntándose de qué le estaban hablando, gesto que los demás traducían en preocupación. ¿Por qué se dirigían a ella en ese idioma que no era capaz de entender, que le resultaba tan ajeno?. Hasta en un momento determinado ellos parecían alejarse, y ella los escuchaba cada vez más bajo parloteando ese idioma extraño. Desmenuzaba las palabras en un máximo esfuerzo, aunque sea para intuir algún significado por deducción, sin conseguir nada: a-mi-ga, pa-dre, de-be-rí-a... al menos la última tiene cierta melodía que me gusta, pensaba. Entonces en su cabeza canturreaba: “ Debería lara laráaa…” forzándole la melodía de “Chiquitita”, de ABBA. Entonces caían a su mente los integrantes de ABBA: qué horrible era el rubio, y pensar que algunas morían por él. Y se acordaba del rubio de ABBA con unos anteojos estrambóticos y después no era el rubio de ABBA sino que era Elton John, y entonces analizaba el sonido El-ton… qué horrible que ésa sea la música a la que tendrás que acudir todos los días de tu vida. Y así seguía poniendo cara de prestar atención, interrumpida a veces por esa clase de pensamientos que tanto sabía disfrutar.

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