jueves, 20 de enero de 2005

Reconocimientos.



Y es que el pobre es hombre. Algo de bestia tiene que tener. Hay momentos en los que me parece que es medio bestia, hay momentos en que no, en los que es el mejor hombre del planeta, pero nunca puedo perder de vista que es hombre. A veces quisiera verlo más persona. Olvidarme por un momento de su género, pero se me hace imposible no sentirlo como hombre. Y lo digo en el buen y en el mal sentido. En el bueno, no puedo dejar de percibirlo, me electriza la piel, me despierta los sentidos, como cuando me recuerdan que existe el lemon pie y se me hace agua la boca. Cada movimiento que hace, cada gesto mínimo suyo le recuerda a mi cuerpo mi condición de mujer. Y aunque no lo esté mirando, su aroma casi imperceptible me estremece. Y si lo miro sus ojos de caramelos de miel me dicen que siempre van a estar ahí, para abrigarme y abrazarme. Nunca he visto un hombre que transmita tanta calidez con la mirada. Nunca. En el mal sentido lo digo porque me desequilibra con su lógica masculina, la cual pocas veces comprendo. Pero eso pienso dejarlo para otro momento en el que no me sienta contenta de ser su mujer como me siento ahora. Creanmé, no va a faltar oportunidad.

2 comentarios:

  1. Pobre hombre, por momentos le resulta imposible separarse de su genero y al rato, exactamente lo mismo es lo que lo hace increible.
    Lo bueno es que te sientas feliz a su lado,aunque sea por hoy.

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