viernes, 7 de enero de 2005

Cinema Paradiso



Ir al cine representa para mí uno de esos pekeños lujos ke uno se dá en la vida.
Desde el mismo momento en ke saco la entrada(más aún, desde antes de sacar la entrada: en la cita obligada con el kiosco)la felicidad se me desborda en los gestos.
Sacar entrada, pasar al toilet "por si acaso", y al fin... atravesar las galerías azules con afiches de películas ke veré en otra oportunidad. Detenerme en alguno. Entrar a la sala... Elegir desde dónde veré esta película, y rogar ke no se me sienten adelante... (porke aunke ahora los cines estén acondicionados para ke todos los expectadores vean la pantalla cómodamente desde cualkier butaca, igualmente me molesta ke se me sienten adelante)
Amo llegar temprano, ver los trailers (antes les decíamos "las colas") de las películas próximas a estrenar, comer alguito (si señores, soy de ésas ke hacen ruiditos: crunchi crunchi, generalmente Club Social), y reírme a carcajadas, aunke se me den vuelta desde los demás asientos para mirarme.
Así ke podrán decirme lo ke gusten: "la alkilamos y la vemos cómodos en casa" "la bajamos y la vemos en la pc", si si todo muy lindo y económico, pero nada va a superar la felicidad ke me produce ir al cine. Nada ni en un millón de años. Ni el mejor de los home theatres, ni la mayor cantidad de pulgadas ni nada. Nada puede compararse al placer ke me causa estar en un cine.

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